En el silencio atmosférico
de tu boca,
escucho el murmullo
de nuestros besos,
que lentamente florecen
entre tus labios,
como amapolas fosforescentes,
que se deshojan
entre tu pecho,
y vuelan entre tu vientre
al ritmo de tus suspiros,
aterrizando sobre mi boca
convertidas en brasas rojas
incendiando nuestro jardín
de pasión y de lujuria...
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