Cuando la tarde se viste de gris
mis más oscuros anhelos gritan
y brotan, brotan y gritan,
invariablemente lo hacen,
pareciera que no recordaran
la sentencia que están cumpliendo,
pareciera que ante sus anhelos
de libertad,
las rejas que los contienen
no existieran,
pareciera que el mundo les pertenece,
y no ellos pertenecen a este mundo podrido,
solo les queda esperar como siempre,
esperar ese instante fugaz
que les permita abrir el portal
para que no mueran intentando
liberarse de esta prisión...
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